Hace poco más de una semana, llegó a su término la misión que mantuvo a Alberto y Paul, los últimos voluntarios en Quito, comprometidos en una labor solidaria que ha dejado una huella duradera en la comunidad. Su regreso marcó el inicio de un nuevo capítulo para otros dos voluntarios, Rodrigo y Miguel, quienes emprendieron un viaje a Bahía de Caráquez para explorar y apoyar las diversas obras de caridad que la congregación lleva a cabo en la región.

Alberto y Paul, quienes habían sido parte integral de la misión en Quito, regresaron con el corazón lleno de satisfacción tras haber desempeñado un papel fundamental en la organización de un exitoso programa vacacional que dejó una sonrisa en los rostros de los más pequeños. Su dedicación y esfuerzo en el cumplimiento de diversas tareas no pasaron desapercibidos, y su contribución ha dejado una marca profunda en la comunidad que los recibió con los brazos abiertos.
Por otro lado, Rodrigo y Miguel se embarcaron en una nueva aventura, adentrándose en la comunidad de Bahía de Caráquez, donde tuvieron la oportunidad de conocer de primera mano las diversas obras de caridad que la congregación realiza en la región. Su visita incluyó la Aula Talita Kum y las comunidades rurales, donde tuvieron la oportunidad de interactuar con los beneficiarios de los programas de apadrinamiento y Orvallo. Además, su experiencia se enriqueció con un recorrido por el centro de la ciudad y una emocionante excursión de avistamiento de ballenas en Puerto López.
Rodrigo compartió sus impresiones sobre la misión, expresando: “Para nosotros, esta misión ha sido un torrente de emociones y sentimientos. Hemos superado obstáculos, lideramos un programa vacacional exitoso y brindamos nuestra ayuda en cualquier forma posible. Convivir en estrecha cercanía con la comunidad religiosa nos ha conectado profundamente con nuestros valores y con Dios. Regresamos con el corazón lleno y una inmensa determinación para seguir participando en futuras misiones con MyMission”.
La finalización de la misión en Quito y la inmersión en las obras de Bahía de Caráquez reflejan la dedicación continua de los voluntarios hacia la caridad y el servicio a la comunidad. La labor realizada por estos voluntarios, ya sea en Quito o en otras localidades, es un recordatorio inspirador del impacto positivo que las acciones individuales pueden tener en la vida de otros. Con el legado de Alberto, Paul, Rodrigo y Miguel como guía, MyMission continúa su misión de traer esperanza y asistencia a quienes más lo necesitan.
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